A nuestro icono representativo “El Cíclope”
Instrucciones
para mirar por el caleidoscopio
Observa
el cíclope que la gente, al mirar por el caleidoscopio, sigue la misma rutina:
un pestañeo pausado, parpado caído y
cerrado para quedarse con un solo ojo. Todos pretenden convertirse en cíclopes
—malicia el gigante con justificada preocupación—. Por suerte, nadie lo
consigue y un minuto más tarde, tras separar el caleidoscopio de la cara, los
rostros se muestran con dos ojos.
Suspira
aliviado el cíclope de que solo ha sido una simulación de metamorfosis que
termina siempre en fracaso.
Ahora
es el cíclope quien se acerca al caleidoscopio. La gente lo observa expectante. Pestañea, guiña el
ojo, lo cierra. Todos se ríen, porque
con su único ojo cerrado, el cíclope no va a ver nada.
Se
equivocan. Para imaginar, el cíclope, como muchos artistas, necesita cerrar los
ojos, es un decir.
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